Hablar de un libro siempre es maravilloso, y más si es de un libro como Todas mis Amantes.
Todas mis amantes es una novela amable. Un puzle en el que todas y cada una de sus piezas encajan en una narración que se va construyendo a la par que sus personajes. Cada una de las voces es un velo que cae para mostrar, para dejar ver. Un juego de espejos perfectamente montado en el que el lector se adentra de la mano de un autor que tiene la historia perfectamente montada en su cabeza y que traslada con una sencillez que, a la vez, desprende profundidad, tanto en la historia en sí como en cientos de ideas y frases que durante el texto te llaman a la reflexión y a deleitarte con ellas.
El autor nos invita a pensar cómo la realidad se transforma para cada uno de los que la viven. Todas mis amantes plantea la similitud de los deseos esenciales de la persona, cuando se es capaz de identificarlos sin reglas que los condicionen.
En Todas mis Amantes, las librerías son un personaje más. los personajes transforman una librería en un gran escenario donde se desarrolla un juego de mentiras y de engaños, que define el amor perfecto como el que se busca porque se desea, el que ni se promete ni se jura, el que se mantiene porque se trabaja cada día.
Resumiendo: El autor ofrece una historia sencilla y bien estructurada, con un lenguaje sencillo y que atrapa al lectro desde el primer párrafo con la curiosidad de saber más… muestra el punto de vista de los tres protagonistas y se centra en cómo el amor exige el trabajo diario de los amantes, además, realiza un homenaje muy especial a los libros y al templo en el que se encuentran: las librerías
Sobre el autor
Arturo Díaz Marcos nace en Talavera de la Reina en Toledo (1959), aunque en la actualidad reside en Madrid. Es ingeniero industrial por la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de Madrid, especializado en Organización Industrial. En la actualidad ejerce como director general de NEFAB España y cuenta con una gran experiencia en empresas multinacionales como Ericsson y Siemens, entre otras.
Arturo Díaz Marcos podría ser cualquiera de los personajes que se dibujan en sus historias, o tal vez son esos personajes los que lo han ido modelando a él. Su vida transcurre entre días repletos de números y procesos y noches en las que crea mundos donde seguir dando rienda suelta a su imaginación. A veces para completar esos días, otras simplemente para ser capaz de superarlos.
Siempre ha escrito. Poesías, canciones, cuentos, libros de su ámbito profesional. Un largo camino hasta llegar a esta obra, “un vómito que salió del alma”, como suele decir, y del que cuenta que le inoculó una especie de droga que lo obligó a escribir sin parar hasta finalizar Todas mis amantes.