"Creo que todos nosotros tenemos un ADN poético, como tenemos un ADN histórico" Noemí Trujillo.
Noemí Trujillo Giacomelli (Barcelona, 1976) es poeta y escritora. Estudia cuarto de Humanidades en la Universidad Carlos III. Le interesa la maternidad como tema literario.
Cuenta con 13 poemarios publicados, entre ellos: La Magdalena (Bubok, 2009); Lejos de Valparaíso (Sial, 2009); La muchacha de los ojos tristes (Parnass ediciones, 2011; traducida al inglés por Mariana Romo Carmona, (The girl with sadness in her eyes); Solo fue un post (Playa de Ákaba, 2012); Brooklyn Bridge (Playa de Ákaba, 2014); Un lugar con nieve, Antología (Playa de Ákaba, 2015); La princesita en el asteroide B612 (Playa de Ákaba, 2015); La mujer acecha (Playa de Ákaba, 2016); Un gigante sentado en el ombligo del mundo (Playa de Ákaba, 2016); Mi vida contigo (Playa de Ákaba, 2016); Decir un te quiero (Playa de Ákaba, 2017; Mundo Palabras, 2019 ); Un Mundo (Rubric, 2020); Largo viaje a Caravaggio (Amazon, 2021).
Es autora de las novelas Suzanne (Turpial, 2016; en edición catalana Empúries) y El amor tan temido (Playa de Ákaba, 2017) y coautora de las novelas Suad (San Pablo, 2013), Nada sucio (Menoscuarto Ediciones, 2016), El palacio de Petko (Harper Collins, 2017) y Si esto es una mujer (Destino, 2019).
También ha escrito literatura infantil y juvenil los títulos Judith y sus muñecas monstruosas; Judith y su equipo de Baloncesto; Las aventuras de Judith A. Tiger; Nuria aprende a portarse bien (Playa de Ákaba). Y varios volúmenes de libros de Diarios, entre ellos Impresiones de una poeta en la universidad (Playa de Ákaba, 2016) y Diario de una catalana enamorada (Playa de Ákaba, 2017).
Entre otros premios literarios cuenta con el Miguel Hernández de Teatro Breve.
HAN DICHO DE SU POESÍA…
«Los poemas de Noemí Trujillo son un grito en una casa llena de silencio. Un beso de despedida. Un escupitajo contra el destino».
Carlos Zanón
«El cuerpo de Noemí (y cuando digo “cuerpo” quiero decir, también, “espíritu”) viaja por el planeta del «te quiero», del «te echo de menos» y del «te necesito» con una intensidad y una hondura tales que se diría va a quebrarse en cualquier momento».
Luis Alberto de Cuenca
«Noemí vuelve a disparar contra sí misma para no dispararse nunca más. Hasta la próxima vez que apriete un lápiz o pulse las teclas de un ordenador».
Marta Sanz
«El maravilloso Oscar Wilde escribió que toda mala poesía es sincera. Pero con ello reconocía que también alguna buena lo es. Hace falta mucho valor para no mentir ni esconderte detrás de las palabras. Noemí no lo hace. Escupe, golpea, besa. Oscar, tendrías que haberla conocido».
Carlos Zanón
«Noemí, en el viaje de la poesía, intenta explicar y explicarse, trazar su biografía, dibujarse, crear lazos, repetir hechos, justificar a la rosa su metamorfosis, verificar su pequeñez y, precisamente por ello, buscar la eternidad».
Elena Marqués
«Sus poemas me parecen un campo de algodón frente al abismo, salvajes y sinceros».
Elías Gorostiaga
«Son los suyos unos poemas que trabajan en el ámbito de los sentimientos y que sugieren más que exponen».
Manu López Marañón
«Su poesía es como un deseo que surca los parámetros del tiempo para buscar cobijo en un hueco de nuestras entrañas; un lugar, mágico, donde estar a salvo del rastro de las pisadas del miedo, ese que nos impidió una vez decirnos “te quiero”».
Ángel Silvelo Gabriel
«Hablar de Noemí Trujillo es hablar de poesía. Por ello, es indiferente que su obra camine en verso o prosa; en sus letras siempre encontraremos poesía, poesía que muestra nuestro mundo y nuestra sociedad tal y como es. Una visión sin edulcorar de lo que encontramos día a día, a veces vedado a nuestros ojos, pero siempre perceptible ante la divergente mirada de un poeta. Solo un poeta es capaz de revestir la crudeza con delicadeza».
Elías López de la Nieta
«Noemí Trujillo, una voz poética encendida que vuela libremente en defensa de la palabra, de la belleza, del conocimiento, de la verdad».
Juan Olivares González
«Noemí Trujillo Giacomelli es una voz firme y sensible, acostumbrada a transitar caminos de versos a veces recónditos, que ella descubre para entregar a quienes después leemos sus poemas, como abanicos que nos despliegan una riqueza de formas y de contenidos, de sentimientos y mensajes».
Ramón Alcaraz