El Tren del Páramo

Al comienzo del franquismo una catalana de familia acomodada conoce en el tren a un capitán de complemento del que se enamora. Del matrimonio nacerá el protagonista que será educado según las normas fascistas de la España una, grande y libre. Se verá influido, por un lado, de sus abuelos catalanes republicanos (perdedores de la guerra civil, y perseguidos), y por el otro, de las ideas de un padre falangista de la vieja guardia, autoritario, y de una madre católica, fanática, del bando de los vencedores.

Blanch, el protagonista, conoce Cataluña en su adolescencia de boca de sus abuelos, personas con ocho apellidos catalanes, así como la historia escondida de España, la historia de los vencidos. ¿Cómo le afectará la educación castrante y autoritaria recibida de sus progenitores y los malos tratos del colegio religioso donde estudia el bachillerato? ¿Conseguirá llegar a ser un hombre de provecho como siempre le dice su padre? ¿Logrará aceptar su sexualidad a pesar del tabú y del pecaminoso sexto mandamiento inculcado por los curas? ¿Cómo le afectará la discriminación de ser catalán en la sociedad madrileña de la época? ¿Podrá aunar el sentirse catalán- como sus queridos abuelos-y español al tiempo?

Su amigo del alma, Nebreda, segundo protagonista, es su compinche de juegos y dudas sexuales de iniciación durante la adolescencia; juegan, comparten aficiones, y se toman un gran cariño. Pierden el contacto durante su etapa universitaria aunque se reencuentran, paradojas del azar, en su vida laboral. Pero Blanch descubre a un Nebreda trasmutado que le recuerda a un afectado por el síndrome tóxico: ¡está tan distinto! Era atractivo y seductor de chicas en su barrio, ahora no es el mismo, medio calvo y demacrado en grado sumo le sorprende y preocupa. ¿Qué le ha sucedido? Blanch le ayuda, recuerdan juntos los viejos tiempos, para descubrir qué le sucede; en el interior de Nebreda se esconde un trauma, como amigo fiel intentará denodadamente hacer de psicólogo.