Cécile Mury es periodista de cine para Télérama. París-Hollywood es su primera novela; un equilibrio entre el cuento de hadas y la crónica realista de los entresijos del mundo del cine, que conoce bien gracias a su profesión.
Hola, Cécile, bienvenida a nuestra revista. Antes de empezar, nos gustaría agradecerle que nos haya concedido esta entrevista.
¡Gracias a ustedes!
Cécile, ¿qué nos puedes contar sobre ti?
Llevo treinta años viviendo en París, donde trabajo para la revista cultural semanal Télérama, pero nací y crecí en Marsella, en Provenza, a orillas del Mediterráneo. Me hice periodista porque soñaba con escribir, y crítica porque soñaba con el cine. Me encanta devorar e inventar historias. En resumen, ¡siempre me he «inventado películas»!
¿Y puede decirnos tres palabras que la definan?
Autocrítica, empatía y pereza. ¡A partes iguales!
París-Hollywood es su primera novela, ¿qué nos puede contar sobre ella? ¿Qué le llevó a escribirla?
Soy una amante de las comedias románticas en la pantalla, de todas las épocas (desde L’impossible Monsieur Bébé o The Shop around the corner hasta Cuando Harry encontró a Sally o Notting Hill). Me apetecía escribir una, jugando con los códigos del género, en equilibrio entre el cuento de hadas y la crónica realista de los entresijos del mundo del cine, que conozco bien gracias a mi profesión.
Me encanta leer en mi balcón, al final de la tarde, levantando la vista de vez en cuando para ver cómo cae la noche sobre la ciudad.

¿Y qué encontrará el lector en ella?
Humor, ante todo, espero, y también un poco de materia para soñar, en el intersticio entre dos mundos que todo opone, el de una estrella de Hollywood y el de una joven anclada en la vida cotidiana.
Cécile, sabemos que te gustan las comedias románticas, ¿qué es para ti el romanticismo?
Sin duda, es la forma en que un encuentro amoroso puede encantar la realidad, hasta transformarla.
Vives en la ciudad del amor, París. ¿Puedes decirnos cuál es tu lugar favorito de la ciudad?
Me encanta el barrio de Belleville, en el noreste de París, donde viví durante mucho tiempo, y que también es el barrio de Daniel Pennac, un novelista que me gusta mucho. Es una hermosa mezcla de culturas y orígenes, unas calles muy animadas entre supermercados chinos, tiendas de comestibles africanas, terrazas de cafés, mercados, pequeños pasajes aún empedrados, todo un mundo por descubrir, a pocas estaciones de metro del centro turístico.
Nuestra revista es literaria, por lo que nos vemos obligados a preguntarle cuál fue el primer libro que leyó.
¡Hace mucho tiempo! Sin duda, una de las aventuras de Fantômette, una pequeña justiciera que llevaba una máscara negra y un gorro con pompones. Me encantaba esa serie de novelas «policiales» para niños de Georges Chaulet.
¿Y qué es lo que más le marcó?
Admiraba mucho su valentía y su picardía. ¡Fue mi primera superheroína!
¿Qué significan los libros para usted?
La posibilidad de vivir todas las vidas, de habitar todos los mundos.
¿Puede decirnos quiénes son sus escritores favoritos?
Me encanta todo lo de Colette, especialmente Sido y Les Vrilles de la vigne. En un género radicalmente diferente, también soy una admiradora incondicional de Stephen King.
Los libros son la posibilidad de vivir todas las vidas, de habitar todos los mundos.
¿A qué personaje de un libro le hubiera gustado conocer?
Precisamente a los jóvenes y entrañables héroes de Ça, de Stephen King. Separarme de ellos al final de la historia fue como un pequeño duelo.
¿Y a algún personaje histórico?
A Salvador Allende, sin dudarlo.
¿Tienes alguna manía relacionada con la escritura?
La verdad es que no. Puedo sumergirme en un texto sin darme cuenta del paso de las horas, pero no tengo ningún método ni costumbre para conseguirlo. Sin embargo, tengo una pequeña manía: siempre llevo un cuaderno y un bolígrafo en el bolso para anotar cualquier idea, fragmento de diálogo o frase, esté donde esté.
¿Cuál es tu lugar y momento preferidos para leer?
Siempre que puedo, me encanta leer en mi balcón, al final de la tarde, levantando la vista de vez en cuando para ver cómo cae la noche sobre la ciudad.
¿Y para escribir?
En la mesa de mi salón, escuchando música, siempre que tengo tiempo y a cualquier hora.
El romanticismo es la forma en que un encuentro amoroso puede encantar la realidad, hasta transformarla.
Cécile, ¿cómo definiría usted la cultura?
Creo que la cultura es el conjunto de mundos que hacen que este sea soportable.
¿Puede la cultura salvarnos de todas las absurdidades de la sociedad actual?
Salvarnos, no lo sé. Al menos intento tener la esperanza de que nos ilumine y nos guíe, incluso en esta época tan sombría y angustiosa.
¿Puede hablarnos de sus próximos proyectos?
¡Aún es un poco pronto! Pero estaré encantada de volver pronto para compartirlos con ustedes. ¡Gracias por todo!
