La sala exlímite acoge el estreno de El banquete, una obra en la que paladear cómo se construye el legado y que convierte la escena en una lucha por defender el propio relato ante las personas que más admiramos. El menú completo, que dirige Adrián Pulido, se podrá disfrutar alrededor de una opulenta mesa los días 18, 19, 25 y 26 de noviembre. Se trata de un báquico festín en el que se invitará a parte del público a comer, a beber y a compartir escenario y mesa con las intérpretes.

La Ferviente Compañía se presenta en sociedad con esta primera producción, que ya se pudo catar en el mismo espacio en junio de este año, en forma de work in progress (bajo el título Excusas para subir al cielo). A partir del homónimo y famoso diálogo platónico, que pervierte con todo el respeto, Tony Galán ha elaborado una dramaturgia en la que la música y el espacio sonoro tienen vital importancia.

Los anfitriones serán Carmen Adrados, Tony Galán, Leyre Morlán, Carolina Neka, Reyes García y Eneko Larrazabal. Este elenco es el transmisor de preguntas generacionales y colectivas cocinadas a fuego lento: ¿Cuánto dura la posteridad y cuánto tarda en deformarse y difuminarse? ¿Cómo fijar la versión más justa de los acontecimientos? ¿Cómo se contará nuestra historia cuando ya no estemos ahí para defender nuestro punto de vista?

En torno a una mesa, cinco personajes, con inquietudes distintas hacia el porvenir, proyectan y protegen su propia imagen ante las demás y se enfrentan a los reflejos desfigurados que reciben. Lo hacen a través de la herramienta de distorsión más primaria que tenemos: las historias que nos contamos.

Fotografía de Xose Roi Martínez

El ágape tendrá lugar en un comedor contemporáneo de cuyo protocolo y escenografía se encarga Pablo Chaves quien, en la línea del propio montaje, se mantiene fiel al espíritu del clásico para, paradójicamente, romper con todo intento de reproducirlo.

El banquete es un plato tradicional y contundente al que La Ferviente Compañía da una presentación de vanguardia para reflexionar sobre esta época, en la que somos tan conscientes de la construcción de nuestra imagen pública, y sobre las maneras en las que nos definimos y relatamos.

Para completar este despliegue gastronómico, el convite cuenta con la dirección de movimiento y coreografías de Juando Martínez Montiel, el diseño de luces de Álvaro Guisado Garavito y la música y espacio sonoro de Pablo Sánchez y Juan Sánchez.