Hablamos con Rober Pascual

Hola, Rober, bienvenido al Gato Negro. Antes de comenzar te queremos agradecer que nos conceda esta entrevista.

Buenos días, antes que nada, agradecer esta entrevista y el trato recibido, estamos muy ilusionados. Es difícil hablar sobre uno mismo, es cierto que son más de diez años de experiencia, pero el artista nunca deja de aprender.

Soy actor valenciano, de barrio humilde, y mi madre me enseñó desde bien pequeño el amor por el teatro. Ella quería ser actriz, pero por circunstancias de la vida tuvo que dejarlo a un lado. Me transmitió ese afán de vivir otras historias desde la interpretación. Recuerdo que teníamos un escenario pequeñito de marionetas, mi mamá y yo creábamos historias y después las actuábamos para mis hermanos. Mi nombre real es Roberto Noguera Pascual, pero decidí ser Rober Pascual por ella, a ella se lo debo todo, y todos mis logros llevarán su nombre.

Somos quienes somos por todas las personas que nos hemos cruzado en nuestro pasado, todos representamos un papel para el de al lado

Me considero un artista con una sensibilidad alta; en el escenario intento que cada palabra tenga un peso importante a nivel emotivo. Tengo el dicho de,‘Si no tienes nada que decir, no digas nada’, por lo tanto cada texto primero tengo que sentirlo para después vivirlo.

Mi personaje es Daniel,  una persona marcada por el estereotipo de hombre que tiene prohibido mostrar sus sentimientos. Ha pasado toda su infancia y juventud en La Elipa, rodeado por un grupo de amigos en los cuales reinaba los prejuicios. Tiene una lucha interna que le impide ser libre.

Daría todo lo que fuese por volver a ser un niño y leer en la cama al lado de mi madre. De niños éramos ricos y no lo sabíamos.

La obra trata sobre la masculinidad tóxica en los ambientes de barrio. También damos importancia al hecho de cómo influye el volver a tus raíces y afrontar ese pasado que nunca llegaste a superar.

Considero que el teatro es la forma de vivir otras realidades. El único momento donde todo queda al margen, todo el estrés y deberes que cumplo día a día se quedan a un lado, y puedo sentir el aquí y el ahora. También considero que el público busca eso, evadirse de sus realidades para adentrarse en ese nuevo mundo que ofrece el teatro. Daniel nace y muere cada función, pero entrar en él es todo un regalo; jugamos con el mismo corazón, y siempre encuentro sensaciones nuevas.

El teatro es necesario en la sociedad, podrán pasar años, décadas, siglos, que siempre habrá un grupo de artistas queriendo regalar a un público esa nueva realidad que han creado.

Desde luego, la vida es un gran escenario, la vida es sinónimo del teatro. Como en el escenario, cada palabra o cada gesto que hacemos repercute en el compañero, en la vida real es igual. Somos quienes somos por todas las personas que nos hemos cruzado en nuestro pasado, todos representamos un papel para el de al lado.

No sabría decir exactamente cuál fue el primer libro; recuerdo que mi madre me leía siempre, antes de irme a dormir, un cuento de un libro que teníamos muy grande. Desde entonces ya imaginaba que yo protagonizaba esos cuentos.

Uno de los libros que más me impactó fue El palacio de la medianoche de Carlos Ruiz Zafón

Vivir esa historia de forma tan intensa; soñar con las imágenes que me producía el leerlo. Darme cuenta de que yo quería vivir lo que sentía el protagonista, quería adentrarme en su piel. A raíz de los libros y del cine, me di cuenta de que quería ser actor.

Considero que el teatro es la forma de vivir otras realidades

Sin duda alguna, Carlos Ruiz Zafón. Escrito de mi niñez, adolescencia, y juventud. Me hubiera encantado conocerlo.

Como he comentado anteriormente, soñaba con ser uno de sus personajes. Fue el primer paso para decidir ser actor.

Me considero un artista con una sensibilidad alta; en el escenario intento que cada palabra tenga un peso importante a nivel emotivo

Hay muchos personajes de libros que me hubiera encantado conocer. Pero más que conocer, me hubiera gustado ser Daniel Sampere entrando por primera vez al Cementerio de los libros olvidados.

Me hubiera gustado conocer a Federico García Lorca, e interpretar Bodas de sangre.

Javier Bardem, es un ejemplo a seguir. Detrás de cada uno de sus personajes hay una creación tanto física como emotiva. Como artista es un claro ejemplo de trabajo y constancia.

El mejor momento de lectura, es en verano, tumbado en una toalla en la playa; en ese instante el tiempo se detiene y sólo estás tú, el sol, y la lectura.

La vida es un gran escenario, la vida es sinónimo del teatro

El mejor momento es en verano. Pero si me pongo emotivo, daría todo lo que fuese por volver a ser un niño y leer en la cama al lado de mi madre. De niños éramos ricos y no lo sabíamos.

Tengo varios proyectos audiovisuales, donde también la emoción de mis personajes juegan un papel importante. Estoy contento porque estos proyectos son valencianos, y me hace ilusión volver a mi tierra para grabarlos.

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