Di*vento de Sonia Petroni, eleva la sabia persuasión del tiempo humano en relación con el infinito, consume el deseo primitivo de silencio en una herencia de armonía y plenitud emocional, en reflejo de una fuente formada en el lenguaje simbólico de la naturaleza incontaminada y reveladora de la inspiración.
Sonia Petroni otorga, a la cualidad inmanente de sus inmaculados versos, la preciosa y refinada intuición meditativa para transcribir la dirección de la fugacidad existencial e indicar la sucesión de presencias y la textura de las ausencias a lo largo de las estaciones itinerantes del sentimiento. Da la bienvenida a la dimensión contemplativa del pensamiento en la compasión, en la capacidad de aliviar el dolor a través de la comunidad cognitiva de la conciencia. La autora modula su aliento poético con la entonación esencial de una experiencia interior, concentrando el apasionante perímetro expresivo en el inagotable y sabio equilibrio entre el alimento lírico del naturalismo y la contracción de la materia, declinando el surco de los versos en la percepción de lo vital. camino y en la sensación de pérdida y descubrimiento.
Seduce el auténtico milagro de la poesía con la disposición a captar en cada disposición del ánimo la dimensión interpretativa de lo múltiple, a encontrar, en la difusión del ritmo en relación recurrente con la naturaleza, la llamada de la realidad como aplicación de la proyección a la escucha. . El análisis constante y espontáneo del misterio humano compone el mosaico de conversación en torno a la erosión fragmentaria de la existencia, nos permite captar el flujo de conexión y atención a los dones de la vida, aferrándonos a la devoción de la luz. La poesía de Sonia Petroni intensifica la correspondencia del encantamiento, la resonancia repentina e impredecible del horizonte emocional, mueve la inclinación a la aplicación literaria de la espiritualidad en cada sentimiento, habitado por la generosidad confiada de una permanencia en la vibración del asombro, diálogos en torno a la bendición. de una oración invisible que espera recibir la inmensidad de las promesas envueltas en las raíces de la tierra.
Di*vento narra el territorio de la identidad, en la frontera entre la soledad temerosa de las preguntas y el compartir silencioso de las respuestas, ilustra la exigencia estilística inviolable de inaugurar el refugio íntimo entre nosotros y el significado de los valores en la esfera sensible, llena las páginas con una declinación escultórica de las palabras, en la comprensión confiada de la energía adivinatoria de la conciencia, en la plenitud de la perspectiva profética que gravita a nuestro alrededor.
Sonia Petroni deja intacto el lugar tumultuoso de la oscuridad para sortear el camino iniciático del sufrimiento, sumerge la incisión del reflejo luminoso en la herida del dolor, disuelve la concentración de todo vínculo hacia la meditación benévola, renueva la cadencia de una conversión panteísta que asimila la la apertura intensamente viva de cada lugar para ser definido como un lugar del alma. Sonia Petroni alberga en su poesía la entidad indivisible sugerida por la conjunción entre el cuerpo y la mente, susurrada por la delicadeza de un soplo de viento que acaricia la enseñanza de la voz desnuda, conserva el letargo de lo sagrado, consuela la religiosidad del abrazo. universal en el paisaje embelesado por la mirada primordial.
Rita Bompadre – Centro de Lectura “Arturo Piatti” https://www.facebook.com/centroletturaarturopiatti/
El dolor como comienzo la luz pasa a través de mí nada comienza ni termina en mí. Sucede. No soy la sombra en el suelo ni la pared que se ilumina. Soy el vaso que deja entrar la misericordia del sol. -------------------------- Sentir cosas sin motivo. Llegando a donde están ellos y yo todavía no. ------------------------- Puedo estar tan quieto como los árboles que no es inmovilidad, sino movimiento fijo. Lo veo en los rizos de las ramas, en mi pelo. Acoger es quedarse también ante el fuego. Las raíces seguirán buscando. ------------------------- La poesía es mi lugar brillante. al igual que una llama protegida del viento. El rayo encuentra aberturas y aterriza. derecho en la oscuridad de la cueva. Entre el negro y la luz Aquí estoy básico brillar como piedra tallada. ---------------------------- La felicidad es como nieve en tu cabello. el azul dicta el final pero el blanco queda por rodear las expectativas la mimosa lastra los sueños El olivo espesa las fuerzas entre los campos. peinado con fragilidad. ---------------------------- Recoge las raíces y las ramas. convertirse en olivar y almendro en flor por los nidos y luego por los vuelos por el Silencio que dispersa los ruidos llamando a sí mismo las hierbas, incluso las secas la madera rota los secretos de los lirios y las verdades de las hojas verdes. Desciende mientras caen los pétalos. para dejarte decir tu primera palabra después de haber dado su opinión. ------------------------------- Tengo fe en la paja en este indicio de camino vegetal la invitación a la guardería para el nacimiento entre el verde de las eras, de los pasos, de los crepitantes. mi ausencia termina dentro del tejido de un trozo de zarza una joya brillante, papeles coloridos sigue siendo tomado por diversión, por diversión. Entre dar y recibir sin deuda alguna uno a uno mi ser llega a descansar aquí.
Sobre la autora
Sonia Petroni nació en Roma en 1977. Psicóloga y psicoterapeuta vive en Bari, donde ejerce su trabajo de forma privada. Pinta, crea objetos de diseño y ama inmensamente la naturaleza, de la que se inspira. El mar es su padre adoptivo. Los olivos son sus hermanos. Di*vento es su primera composición.