
Los libros me permiten habitar el mundo, comprenderlo, vivir con más intensidad y lucidez porque vives otras vidas, no solo la tuya
Hola Alberto, bienvenido a nuestra revista. Antes de comenzar te queremos agradecerle que nos conceda esta entrevista.
Alberto, ¿qué nos puedes contar de ti?, ¿quién es Alberto?
Pues esa pregunta tan fácil en realidad es muy puñetera, porque ¿qué somos? ¿Lo que hacemos con nuestro tiempo libre? ¿A lo que nos dedicamos? ¿Lo que nos imaginamos que somos? Hay un libro maravilloso de Max Frisch que se titula No soy Stiller que precisamente va de esto, de la dificultad de decir quiénes somos y de ser quienes nos dicen que somos. Pero para no evitar la pregunta diré que soy periodista, que sigo estudiando Historia y filosofía, que trabajo en comunicación y que leer, pasear y estar con los míos es lo que más me gusta.
¿Nos podrías decir tres palabras que te definan?
Libros, animales, música.

Recientemente has publicado Cuando el río vuelva, ¿qué nos puedes contar sobre el libro?
Es una novela de formación, de aprendizaje, que trata de reflejar la desorientación de la adolescencia. Ese momento, siempre duro, pero a la vez tan bonito, en el que empezamos a formarnos nuestra personalidad y a fijarnos en todo. Y cómo a menudo aquello que nos ofrecen como ejemplo de vida no nos gusta, o incluso nos decepciona. O sentimos que no encajamos en ello.
El protagonista indaga en el amor, en el sexo, en la vida de los adultos… y lo hace acompañado de los libros que le sirven como faro y también como guía con la que interpretar la realidad que le rodea, y hacerla más llevadera. Mientras busca averiguar quién es él y cómo afrontar su propia vida.
¿Qué se va a encontrar el lector?
Me gustaría pensar que una historia bonita en el buen sentido de la palabra, también tierna, que refleja, como decía, ese momento de la vida en que estamos un poco perdidos, y todo es un poco aterrador y tremendo, pero a la vez se vive con una pasión que luego se echa de menos. También una historia de un primer amor, de cómo se vive, y de cómo los libros pueden ayudar a sobrellevar la vida.
Alberto, ¿nos podrías decir que te llevo a escribir el libro?
Pues en realidad yo tenía pensado escribir la historia de una persona adulta enfrentada a problemas adultos, pero cuando lo hablé con él, Carlos, el editor, me dijo que por qué no le creaba primero una biografía al personaje principal. Cuando fui a hacerlo, comencé como es lógico por la infancia y me atrapó tanto ese momento de su vida que ya no quise salir de ahí y me quedé unos meses viviendo con ese adolescente que sueña con ser artista. ¡Y ahora el resto de su vida ya no me interesa tanto!
Nuestra revista es literaria, así que nos es obligado preguntarte ¿cuál fue el primer libro que leíste?
El primero no lo recuerdo porque tendría cuatro años o así, pero el primero que me abrió la puerta de las novelas más largas, no infantiles digamos, sería Viaje al centro de la tierra de Julio Verne.
«¿Qué somos? ¿Lo que hacemos con nuestro tiempo libre? ¿A lo que nos dedicamos? ¿Lo que nos imaginamos que somos?»

¿Y que te impacto?
El primero que me impactó diría Rojo y Negro de Sthendal. Fue con el que descubrí todo lo que se podía hacer en una novela, cómo se podía crear todo un mundo y, como lector, habitarlo durante días como si fuera una realidad mejor y más detallada que la realidad. También El cuarteto de Alejandría de Durrell.
¿Qué son para ti los libros?
Pues ha ido cambiando con los años. Ahora, diría que una manera de estar en el mundo. Los libros me permiten habitar el mundo, comprenderlo, vivir con más intensidad y lucidez porque vives otras vidas, no solo la tuya, entender mejor a quienes me rodean, seguir fascinándome con el lenguaje de los buenos escritores… Y también no estar solo y poder conversar con gente que murió hace tiempo pero que sigue teniendo mucho que decir. Al final leer, como decía Quevedo, es escuchar con los ojos a los muertos.
¿Nos podrías decir tu escritor o escritores favorito?
¡Me gustan tantos! Pero por decir una cifra razonable, diré un novelista clásico: el Galdós de las novelas contemporáneas. Un novelista vivo: J.M. Coetzee. Y una poeta y ensayista maravillosa: Anne Carson.
¿Y que han influido en tu trabajo como escritor?
Conscientemente, porque seguro que inconscientemente hay más, para este libro en concreto podría señalar a Herman Hesse, el Joyce del Retrato de un artista adolescente, el propio Coetzee,… Y luego quiero mencionar a un par de autores que no sé si han influido, pero que he estado leyendo mucho últimamente y me encantan: José Avello, que murió dejando solo dos fantásticas novelas publicadas; y Tana French, que se la conoce como autora de novela negra, pero que para mí es una escritora por encima de cualquier género.
«Si hablamos de cultura artística, y en concreto la litería, diría que es la forma en la que la imaginación humana participa o influye en la realidad social»
¿Qué personaje de un libro le hubiera gustado conocer?
Pues diría uno de novela gráfica: Corto Maltés.
¿Y personaje histórico?
Vincent Van Gogh.
¿Tiene alguna manía a la hora de escribir?
Solo una pero difícil: necesito silencio.
¿Y tu sitio y momento preferido para leer?
Cualquier sitio y cualquier momento es bueno para leer.

¿Y para escribir?
No soy muy maniático, pero si puedo prefiero hacerlo a primera hora, antes de afrontar lo demás que haya que hacer. El sitio me es indiferente.
Alberto, ¿cómo definirías la cultura?
En un sentido amplio, la cultura es todo, es el universo simbólico en el que nos educamos, frecuentemente de manera inconsciente. Si hablamos de cultura artística, y en concreto la litería, diría que es la forma en la que la imaginación humana participa o influye en la realidad social.
¿Crees que la cultura puede salvarnos de tanto despropósito que se están produciendo en la sociedad actual?
Me gustaría decir que sí, pero lo cierto es que soy pesimista en ese sentido, así que lo dudo. He conocido personas con bibliotecas de miles de libros que eran miserables morales. Y gente que no lee mucho y es maravillosa. Lo que nos salva, si es que algo nos puede salvar, no es leer o ver películas, lo que nos salva es el respeto por la vida, la compasión por el otro, cierta ternura al mirar el mundo que nos rodea,…
«Al final leer, como decía Quevedo, es escuchar con los ojos a los muertos»

¿Nos puede decir algo sobre tus próximos proyectos?
Una novela sobre la defensa de la dignidad y de la memoria frente a la especulación y la cultura del pelotazo.
Sobre el autor
Alberto Gómez Vaquero (Valladolid, 1984) es periodista, traductor y escritor. Su obra incluye títulos como Concerto Solli y El pecado. Como traductor, ha trasladado al español a autores como Virginia Woolf y F. Scott Fitzgerald. Reside en Madrid, donde dirige una agencia de comunicación.