©Ángel de Antonio @mamencomunicacion
La Fundación Wellington ha celebrado el coloquio “La digitalización de nuestra vida”, en el que se analizó cómo las tecnologías de la información están transformando la sociedad y qué medidas pueden adoptarse para garantizar un desarrollo tecnológico inclusivo y responsable.
El debate contó con la participación de destacados expertos en la materia: Dª. Rosa García, ex presidenta de Microsoft y Siemens en España; D. José Miguel Gaona, neuropsiquiatra forense; y D. Fernando Santiago, presidente del Consejo General de Gestores Administrativos de España y del Colegio de Madrid. El coloquio fue moderado por la periodista Dª. Ana Samboal, quien guió a los asistentes a través de las principales claves del impacto digital en nuestro día a día. Dª. Cristina Moratiel, presidenta de la Fundación Wellington, inauguró el acto subrayando la necesidad de detenerse a pensar en este proceso.
Para abrir el coloquio, Dña. Ana Samboal planteó a los ponentes hasta qué punto somos conscientes de la dependencia tecnológica que hemos adquirido y si realmente controlamos las herramientas digitales o son ellas las que empiezan a condicionarnos a nosotros, iniciando un intenso debate sobre la velocidad de la transformación digital y la necesidad de combinar innovación con prudencia, ética y sentido común.
Los expertos coincidieron en que la digitalización es un fenómeno imparable y estructural, pero estamos a tiempo de decidir cómo queremos que sea este futuro.
Dª. Rosa García, desde una perspectiva empresarial y tecnológica, recordó que la digitalización y la inteligencia artificial representan una enorme oportunidad para el tejido productivo español. Por su parte, el presidente del Consejo General de Gestores Administrativos de España y del Colegio de Madrid, D. Fernando Santiago, abordó la dimensión institucional y administrativa de la digitalización, defendiendo que lejos de democratizarnos, este proceso tecnológico nos hace cada vez más desiguales . Puso especial énfasis en cómo los nuevos procedimientos telemáticos han transformado la relación entre ciudadanos, empresas y Administración Pública, a la que culpó de haber “digitalizado el papel, pero no la burocracia”. Reivindicó una modernización administrativa, pero centrada en el ciudadano.

Por último, el neuropsiquiatra forense D. José Miguel Gaona, se centró en las implicaciones de la digitalización sobre el cerebro y la salud mental. «La IA puede tener una capacidad de síntesis extremadamente rápida, de analizar datos complejos, etc., pero todos sabemos que no hay nadie detrás que sienta lo que nosotros sentimos», afirmó. Además, expuso el peligro que el uso adictivo de ciertas aplicaciones supone para la mente y las relaciones personales. Además, planteó su preocupación sobre la posibilidad que la IA sirva de marco cultural de referencia a la hora de pensar.
Para finalizar, Ana Samboal solicitó a los ponentes una breve reflexión sobre la posible división de la sociedad derivada de este desarrollo tecnológico. Los expertos coincidieron en que la digitalización es un fenómeno imparable y estructural, pero estamos a tiempo de decidir cómo queremos que sea este futuro. Santiago aseguró que «si la tecnología no está bien manejada, será un peligro y nos restará muchísima libertad». García, más optimista, apeló a la importancia de diferenciar entre la tecnología en sí misma y la implementación y formación de quien la utiliza. “Por ello es fundamental desarrollar una cultura del pensamiento crítico, que nos permita saber hacer preguntas adecuadas y tomar nuestras propias decisiones”, añadió. «La IA es un reflejo de la sociedad en la que vivimos. Debemos tomar responsabilidad y coger esa tecnología y aplicar nuestra ética para utilizarla bien».
Por su parte, Gaona subrayó la importancia de no seguir perdiendo nuestra inteligencia y energía intelectual ya que podemos quedarnos atrás en la carrera tecnológica.
Asistieron más de 270 personas, sobre todo del mundo empresarial, jurídico, universitario y científico. Tras el evento tuvo lugar un cóctel-cena durante el que los asistentes tuvieron la oportunidad de seguir intercambiando opiniones y profundizando en las cuestiones planteadas durante el coloquio.
