
Lo terrible en la actualidad es que los ignorantes que no han leído un libro en su vida se vanaglorian de ello, alardean orgullosos de su cortedad de miras, es el colmo de la desfachatez. Así nace un fanático. Y eso supone un terremoto para el equilibrio político, social y cultural de cualquier sociedad.
Hola Yonka, bienvenido a nuestra revista. Antes de comenzar te queremos agradecerte que nos conceda esta entrevista.
Gracias a vosotros.
Yonka, ¿Nos podrías decir tres palabras que te definan?
Compositor, músico y escritor.
Recientemente has publicado La prolongada adolescencia de un poeta diletante, ¿que nos puedes contar del libro?
Escribir es una pulsión natural, siempre lo he hecho aunque durante gran parte de mi vida fueran letras de canciones. Sin embargo, desde que cumplí los cincuenta consideré que ya tenía la experiencia suficiente como para valorar las cosas con la perspectiva que da el tiempo y desde entonces he descubierto el placer de narrar historias. Hasta ahora he escrito dos novelas, Últimos días en el limbo, una especie de autobiografía novelada de los años de la infancia, y La prolongada adolescencia de un poeta diletante, las vicisitudes de un hostelero y camarero, un eterno adolescente, que trabaja de noche y se ve inmerso en un extraño y desquiciado triángulo amoroso mientras lucha por sobrevivir en un entorno decadente y hostil.
¿Qué me llevó a escribirlo?
No lo tengo muy claro pero viví durante más de veinte años trabajando en garitos after hour y tal vez quería reflejar esa dura forma de ganarse la vida. El aparente glamour de esta forma de vivir puede convertirse en una nueva forma de esclavitud.

¿Y qué se va a encontrar el lector?
Un recorrido por los territorios de la alienación, la sed de los artistas y la nostalgia por una autenticidad perdida. El lector encontrará una historia realista ambientada en la noche, poblada de perdedores que nunca consiguen alcanzar sus sueños. Antihéroes que tratan de digerir el mal trago y la frustración que supone no alcanzar sus anhelos drogándose hasta perder el sentido. Y los desamores que se producen en tal coyuntura, porque el excesivo consumo de drogas lleva implícito un maltrato emocional al que la consume y a los allegados. Por eso todos los amores acaban resultando imposibles o con resultados desastrosos. Y los bares siempre de fondo decorando la trama. La novela es un viaje por los territorios de la alineación de los protagonistas que viven en una noche perpetua, lo diurno tiene un papel secundario, siempre aparece como ese breve intervalo de tiempo que falta para que vuelva a caer la noche.
Nuestra revista es literaria, así que nos es obligado preguntarte ¿cuál fue el primer libro que leíste?
Recuerdo devorar con fruición la colección entera de Los cinco, de Enid Blyton, cuando tenía entre diez, once y doce años, sin embargo, la primera novela que me impactó en serio fue Bajo las ruedas, de Herman Hesse, cuando tenía trece años.
¿Y qué te impacto?
Que empatizara tanto con el protagonista, un niño sensible, delicado y muy inteligente, y que compartiera con el autor la crítica al sistema educativo tan severo y estricto. Aparte de que a Hans, el protagonista, le ocurriera lo mismo que a uno de mis mejores amigos, encontrar la muerte de golpe, atropellado por un coche, o en el caso de mi amigo, atropellado por un camión que le aplastó la cabeza contra la esquina de un edificio. El descubrimiento de la muerte de una manera tan cruda no se olvida jamás. Ese libro me ayudó a comprender que la vida es así de
injusta, y se acaba cuando menos te lo esperas.
¿Qué son para ti los libros?
Son puertas que te abren a universos desconocidos, y que te pueden ayudar a alcanzar la libertad interior. Para mí los libros son imprescindibles para poder sobrellevar la existencia con cierta dignidad. Si no existieran, la vida sería mucho más triste, monótona y aburrida. Ahí encuentras cómplices, gente con la que sientes que tienes intereses en común por muy marcianos que puedan parecer. La existencia de los libros demuestran que casi nunca estamos totalmente solos. Por mucho que suframos una vida precaria podemos encontrar ejemplos de gente luchadora que lo ha pasado igual o peor que nosotros. Y que nos pueden enseñar las claves para tener una vida más plena e intensa. Sin libros viviríamos todavía en las cavernas, y el ser humano y la sociedad habría evolucionado de una forma mucho más lenta. Nuestra civilización seguiría subsistiendo bajo unos parámetros muy arcaicos. Sin la invención de la imprenta ni el Renacimiento ni la Revolución Industrial habrían tenido lugar. Los libros nos distinguen de los demás seres vivos de este planeta, son la prueba definitiva de la transcendencia de la inteligencia humana.
¿Nos podrías decir tu escritor o escritores favorito?
Hay muchos más pero destacaría a dos novelistas españoles consagrados, Javier Marías y Juan José Millás, y de la nueva hornada, Sara Mesa y Carlos Pardo. Clásicos como Dostoievski, Leon Tolstoi o Gustave Flaubert. Ensayistas y filósofos como Jean Baudrillard y Erich Fromm.
Los libros nos distinguen de los demás seres vivos de este planeta, son la prueba definitiva de la transcendencia de la inteligencia humana
¿Y que han influido en tu trabajo como escritor?
Estoy seguro que todos los mencionados me han influido en mayor o menor medida porque esos escritores son los modelos en los que me he sentido reflejado, y por tanto, me han marcado a todos los efectos. Pero también me han influido otro tipo de lecturas… Me gusta mucho el ensayo en todas sus variantes: filosófica, sociológica, psicológica, antropológica y científica en general. La geología, la historia del arte, la estética, la ética…, siempre hay un nuevo campo del conocimiento que atrae mi atención. Hace muy poco un lector me preguntó si había leído a Castilla del Pino. «Por supuesto, he leído varios, le contesté, pero me encantaron especialmente sus dos tomos tochos de Introducción a la psiquiatría». Entonces le pregunté si había metido la pata. «No, no, al contrario, todo lo que dices es correcto, se nota que le comprendías». Ese lector es médico, por lo tanto su pregunta me halagó. Los conocimientos científicos ayudan a desarrollar una escritura mucho más veraz.
¿Qué personaje de un libro te hubiera gustado conocer?
Antihéroes como Ignatius Reilly de La conjura de los necios, de John Kennedy Toole o Mr Bartleby, el
escribiente, de Melville.
¿Y personaje histórico?
Soy poco o nada mitómano, pero no me hubiera importado irme de cañas con André Breton, Duchamp o Tristan Tzara. Los artistas surrealistas y dadaístas de las vanguardias de primeros del siglo pasado me parecen fascinantes. Fueron pioneros en un contexto poco apropiado para salirse de la norma, pero ellos consiguieron crear corrientes artísticas atrevidas y rompedoras. Resetearon la forma de ver el arte y redefinieron qué es una obra de arte. Rompieron radicalmente con los cánones clásicos de la belleza. E incidieron en la suprema importancia del contexto en cualquier objeto artístico. Y en el mundo de la música, no me hubiera importado tener de profesor particular, que me diera clases de órgano o piano todos los días Juan Sebastian Bach. Y puestos a soñar, que Jimmy Hendrix me diera clases de guitarra eléctrica. Y Ginger Baker, de batería, y Jaco Pastorius, de bajo.
¿Tienes alguna manía a la hora de escribir?
Antes sí, fumaba como un descosido, tabaco y marihuana, pero ya lo he dejado. Durante mucho tiempo sentarme con un café y un pitillo era imprescindible para ponerme a escribir. El café es un estimulante muy literario, pero ya lo tomo muy esporádicamente, lo he cambiado por el té. Procuro que las musas aparezcan sin muletas.
¿Y tu sitio y momento preferido para leer?
Prefiero leer de día y con luz natural en la mesa del despacho antes que en cualquier otro lugar. Aunque tampoco le hago ascos a una buena lectura en verano en una hamaca al borde del mar. O de noche en invierno en un sofá. Cualquier hora es buena para leer…
La cultura es un cuarto de espejos donde se reflejan tú y todas las personalidades que te han marcado con la transmisión de sus conocimientos
¿Y para escribir?
Cuando era más joven mi hora preferida de escribir era al atardecer. Pero desde hace ya tiempo tampoco puedo hacer excepciones, las musas se presentan cuando menos te lo esperas, aunque lo habitual es que sea por la mañana, que me pilla trabajando y con todos los sentidos completamente despiertos. Algunas ideas me
vienen en sueños, los giros argumentales más locos me suelen llegar en la cama. Y antes de que se me olvide me levanto, lo escribo y me vuelvo a acostar.
Yonka, ¿cómo definirías la cultura?
La RAE dice que la cultura es el conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar un juicio crítico. Por lo tanto, es el arma más efectiva contra la ignorancia, la estupidez y la intolerancia. Y como nos hace comprender la naturaleza humana, nos hace más independientes y menos manipulables. Sin cultura el hombre es un animal y la realidad nos lo demuestra todos los días. El hombre ignorante, manipulable e intolerante puede convertirse en un
verdadero monstruo. El conocimiento siempre ha sido luz y la ignorancia, oscuridad. Lo terrible en la actualidad es que los ignorantes que no han leído un libro en su vida se vanaglorian de ello, alardean orgullosos de su cortedad de miras, es el colmo de la desfachatez. Así nace un fanático. Y eso supone un terremoto para el equilibrio político, social y cultural de cualquier sociedad. No olvidemos que en nuestro país hay un altísimo porcentaje de analfabetos funcionales, esto es, que saben leer pero no leen, y como no leen su comprensión de argumentos complejos es inexistente, nula, no comprenden un texto de más de diez líneas o cualquier razonamiento de índole humana que dure más de dos minutos. En realidad son analfabetos reales a los que puedes manipular a tu antojo mediante un lenguaje emocional apropiado. Y los políticos se aprovechan de esa ignorancia, y mediante ese lenguaje emocional consiguen manipular a las masas. Porque tienen las armas adecuadas para conseguirlo: disponen a su antojo de todos o casi todos los medios de comunicación. El fascismo ya no necesita tanques para conseguir sus fines, con una propaganda masiva de mentiras en los medios de comunicación tienen suficiente…

¿Crees que la cultura puede salvarnos de tanto despropósito que se están produciendo
en la sociedad actual?
No estoy muy seguro. Como refugio desde luego que funciona, eso lo he probado en mis carnes, la cultura es un refugio maravilloso lleno de mentes extraordinarias que muestra lo mejor y lo peor del ser humano en todas sus dimensiones. La cultura es un cuarto de espejos donde se reflejan tú y todas las personalidades que te han marcado con la transmisión de sus conocimientos.
Es cierto que el conocimiento de nuestro pasado y nuestro presente es el mejor medio para evitar repetir los errores de nuestra historia y convertirnos en carne de cañón para los dirigentes políticos venideros. La cultura nos hace menos manipulables y puede salvarnos de tanto despropósito. Aunque por mucha cultura que consumamos y conocimientos que adquiramos, si la mayoría social permanece en el cómodo limbo de la pasividad y la desidia ante los ataques a la dignidad humana, todos los valores que rigen nuestras vidas se pueden desmoronar el día que menos lo esperes. No podemos dejar que ciertos intereses espurios nos arrebaten nuestros derechos conquistados tras tantos años de lucha y reivindicación.
No sé si nos puede salvar la cultura pero no nos queda otra salida, al margen de la coyuntura actual, si queremos avanzar como sociedad debemos fundamentarnos sobre los valores que nos inculcan las diversas facetas del conocimiento y las culturas con las que convivimos, y hacerlo sin prejuicios.
Cuando uno escribe con libertad durante mucho tiempo toma conciencia del extraordinario poder de las palabras, porque pueden llegar a transformar la realidad. Si la sociedad fuera consciente del poder de las palabras otro gallo nos cantaría.
¿Nos puede decir algo sobre tus próximos proyectos?
Ahora estoy en fase de documentación y pruebas de una próxima novela, y por otra parte quiero grabar un disco con canciones en formato acústico, pero va la cosa despacio, no tengo prisa.
Sin cultura el hombre es un animal y la realidad nos lo demuestra todos los días. El hombre ignorante, manipulable e intolerante puede convertirse en un verdadero monstruo. El conocimiento siempre ha sido luz y la ignorancia, oscuridad
Yonka Zarco, es músico y escritor, vinculado al mundo de la noche en los locales más emblemáticos de Córdoba desde los 90 hasta la primera década del nuevo milenio (África, Surfer Rosa, Dadá y Arena). Sus prometedores inicios en el grupo La Reserva, a mediados de los 80, se consolidaron con la mítica banda Corazones Estrangulados (1989-1994), donde ejerció de compositor, letrista y guitarrista, continuando posteriormente su obra como creador musical en otras bandas como Liviana, Superamigas, Los dinosaurios o Mteorik, con los que grabó su último disco en el 2022. Últimamente se ha lanzado a cantar sin más compañía que su guitarra acústica. Como autor publicó su primera novela titulada Últimos días en el limbo en 2014 (Bandaàparte Editores). Una década después publica La prolongada adolescencia de un poeta diletante en Editorial Cántico (2025).