
El Universo audiovisual está devorando sin compasión a la imprenta. En la moda de las parrafadas cortas, los videos fugaces y la inmediatez, los titulares es lo que la gente consume.
¿Domingo, como ves en la actualidad el mundo editorial?
Agonizante. El Universo audiovisual está devorando sin compasión a la imprenta. En la moda de las parrafadas cortas, los videos fugaces y la inmediatez, los titulares es lo que la gente consume. Ya nadie se detiene a leer más abajo de las letras en mayúscula. A la prueba me remito; antes se veía a gente leyendo en los autobuses, metros y parques. Esto ha desaparecido; el libro ha sido despiadadamente sustituido por los móviles y por la ingeniería audiovisual.
¿Crees que actualmente las editoriales valoran más el beneficio económico a la buena literatura?
Esto ha ocurrido siempre, no olvidemos que las editoriales son negocios cuyo objetivo es ganar dinero. Ocurre que antes observaban más detenidamente la calidad de la obra presentada. Ahora, miden con lupa el número de seguidores en tus redes. Estamos atravesando una época de decadencia absoluta en todo, se publica mucha basura, y no solo en las letras, también en las otras hijas del arte. En una sociedad donde la exposición y la banalidad son más aclamada que el contenido, no se puede apostar por la calidad. Ya no interesa.
El lector no ha cambiado; está siendo quirúrgicamente intervenido desde las altas esferas.
¿Consideras que hay una saturación en el mercado editorial?, ¿se publica más que se lee?
La oferta supera a la demanda, sin lugar a duda, pero repito, ocurre en todo. De ahí que ahora el reclamo es un titular llamativo; grotesco u obsceno, con tal de no pasar desapercibido en un mercado donde se publican millones de contenidos por minuto. En una sociedad que premia la ignorancia, que glorifica al idiota y condecora las publicaciones virales de impacto, las divulgación va obligadamente destinada al consumo del ojo, no de la mente.

¿Qué piensas de la autopublicación?
Que se lo ha llevado calentito y sin mancharse los dedos. Viene siendo desde hace años El Gran Negocio editorial. Conferir a cualquiera el título de escritor porque ha pagado su obra con sus ahorrillos, es una canallada que el zoquete engulle con auto admiración y sin el menor prejuicio. No quiero decir por ello que no hay gente con talento autopublicándose; que la hay, y mucha, amén de que la autoedición es hoy día el único medio que tiene cualquier autor de calle de airear su obra. Me refiero a que una cosa es escribir un folletín que luego adquiere formato de libro para ser aclamado por tus papas, familiares y amigos, y otra, es crear una novela.
¿Consideras que la autopublicación contribuye a la saturación del mercado editorial?
No, no lo creo. La autoedición ni influye ni contamina a la edición tradicional. La gente no suele apostar por los libros autoeditados. Libros que no se exhiben junto a los tradicionales en las librerías, como tampoco gozan de la credibilidad de los que vienen respaldados por un sello editorial. Yo me he autopublicado, y te aseguro que jamás repetiría la experiencia. No merece la pena.
¿El lector ha cambiado?
Nos están cambiando, moldeándonos según el perfil requerido por los oligarcas que cincelan esta sociedad tan simplista como peligrosa, donde la inteligencia ha quedado reducida a un selfi del plato que engulles en un chiringuito, y donde el mérito ha sido reemplazado por el exhibicionismo. El lector no ha cambiado; está siendo quirúrgicamente intervenido desde las altas esferas.
¿Qué crees que hay que hacer hoy en día para que una editorial te publique?
Pues convertirte en un Inluencer, un youtuber o un Instagramer. Hacer el payaso para que te siga otra legión de bufones, o tener un buen contacto; receta ancestral que sigue vigente y, a la que el agraciado, acude ahora más que nunca.
¿Qué piensas de la utilización de la IA por los autores y editoriales?
Peligro. Es un cableado de alto voltaje. Beneficiosa para muchas cosas y traicionera y asesina para otras. Utilizarla en el sentido de tu pregunta es un engaño garrafal, un delito para el público que no está resuelto en este tema y que acaba comprando gato por liebre.
Ya nadie se detiene a leer más abajo de las letras en mayúscula. A la prueba me remito; antes se veía a gente leyendo en los autobuses, metros y parques. Esto ha desaparecido; el libro ha sido despiadadamente sustituido por los móviles y por la ingeniería audiovisual.


Domingo ¿sientes que tu trabajo no ha recibido el reconocimiento que merece?
Sería ingrato si así lo creyera. Publiqué mi primera novela (coescrita) con Random House con apenas veintipocos años. Se tradujo al portugués y se publicó también en Brasil, con prólogo del entonces aclamado J.J. Benítez. No, afortunadamente no alimento vacíos de frustración en este sentido. Ocurre que por circunstancias de la vida me aparté con convencimiento de la literatura para dedicarme a otras cosas, quizás porque no soy un escritor vocacional, como ya he dicho en otras ocasiones. Llegué a la literatura de manos del cine, que es mi pasión. Sin embargo, volví al panorama literario hace unos años y he publicado un par de novelas, aunque contemplo la retirada definitiva porque no me gusta lo que veo. He conocido otras épocas más bella e interesante que no cambio por la explosión de estupidez y perdida de sentido común de la que somos víctimas ahora. Definitivamente es una época fea, poco recomendable.
La autoedición ni influye ni contamina a la edición tradicional. La gente no suele apostar por los libros autoeditados.
¿Crees que las redes ayudan a vender libros?
No, no lo creo. La gente confunde exposición con ventas. Incluso me atrevería a decir que exponer un material serio en ese escaparate de banalidades daña a la obra. Mira, antes los artistas median sus apariciones en televisión porque comparecer a menudo perjudicaba su imagen. Ahora te meten el producto por los ojos hasta que llegas a aborrecerlo. Las redes no han sido creadas para culturizar ni como auto de ventas, son pasatiempos que ni siquiera cumplen con el objetivo de los antiguos crucigramas, que servían para ejercitar la mente. Las redes son la voz del cotilleo, el conducto de los escándalos y la admiración del ridículo. La oportunidad de que los tontos se crean ilustres porque comparten lugar y poses en espacios junto estrellas del celuloide.

¿Tienes algún proyecto en manos actualmente?
Ando escribiendo una novela que no sé si me animaré a acabarla. Trata de un escritor que ve como el éxito lo arrolla tras la publicación de su primera novela, claro, que detrás de este apabullante triunfo no está precisamente su talento o, al menos, eso cree él. Continuo con los desafíos de la mente, la intriga, la maldad humana, sin dejar de lado el tema de lo religioso y del judaísmo, elementos ya presentes en mis novelas.
Domingo Terroba, consagrado escritor y autor de las novelas Trauma, A los Ojos de Dios y Oculto en la memoria. Su debut literario llega con Tardes con Lázaro, novela coescrita y editada por Random House. Traducida al portugués y publicada también en Brasil. Durante su estancia en Norte América escribe Recuerdos de otra vida, relato entre ficción y rasgos biográficos. Una vez en Edimburgo, ciudad donde vive ahora, desahoga sus altibajos emocionales escribiendo Oculto en la memoria, volcando en la piel de sus personajes los tormentos a los que le somete su mente. Thriller que acaba de publicarse en el mercado anglosajón con el título Where The Secrets Are Hidden. A los ojos de Dios es su segundo thriller. Trama dramática con fuerte dosis de suspense, donde la fe judía y el complejo mundo de la mente conducen al lector por escenarios oscuros, extraordinariamente angustiosos. Trauma es su libro más reciente. Novela inquietante. Tejida para los amantes del género psicológico de suspense. Mantiene al lector en vilo desde las primeras páginas.