
Las diosas que hay en mí es un libro femenino y feminista con el que todas nos podemos sentir identificadas. Hay una diosa para cada una.
Hola Amalia, bienvenida a nuestra revista. Antes de comenzar te queremos agradecerte que nos conceda esta entrevista.
Al contrario, yo os agradezco que me hayáis concedido un espacio en vuestra revista.
Amalia eres poeta, periodista y has fundado los sellos editoriales Parnass Ediciones e In-Verso ediciones de poesía, pero ¿nos podrías decir tres palabras que te definan?
Siempre es difícil definirse uno mismo, pero intentaré dar con esas tres palabras. Yo diría que soy creativa, exitosa y aprendiz, en el sentido que me gusta conocer cosas nuevas y otras muchas que ignoramos. Me gusta estudiar temas que me apetezcan, especialmente filosofía e historia. ¡Hay tanto por saber!
¿Recientemente has publicado el poemario Las diosas que hay en mí, ¿que nos puedes contar del libro?
Este libro es, realmente, un viaje al lado femenino de la divinidad que en nuestra educación católica nos ha sido ocultado en parte. Un viaje que ha durado unos 20 años y transcurrió paralelo a otros proyectos. Empecé descubriendo a las diosas ancestrales y, de vez en cuando, iba añadiendo alguna a este panteón particular, hasta que decidí darlas a conocer. Además, en el libro se ve claramente una diferencia en mi forma de escribir y hay voces poéticas variadas, pero creo que el conjunto es coherente. Las diosas que hay en mí es un libro femenino y feminista con el que todas nos podemos sentir identificadas. Hay una diosa para cada una.

¿Cómo describiría tu viaje personal con la poesía hasta ahora?
La poesía ha transcurrido paralela con la vida. Empecé a escribir a los 16 años y hasta hoy y, por tanto, ha evolucionado y ha crecido conmigo. Finalmente se ha expandido y no sé, ahora mismo, por dónde va a caminar próximamente. La poesía ha sido una forma de expresión y experimentación; hubo una época en que hice performance, instalaciones poéticas, videopoesía, poesía visual, que sigo haciendo, y todo ello me ha marcado como persona y como poeta.
¿Qué te impulsó a comenzar a escribir poesía?
Como te comentaba, empecé a escribir en mi adolescencia y creo que el impulso me lo dieron las canciones de la época de los grupos ingleses, y especialmente las cantantes francesas. Comencé para experimentar y, poco a poco, me fue gustando expresarme de esta manera, lejos de los diarios que escribían mis amigas. Para mí la poesía fue una forma de fuga, fue «mi habitación propia» y te podría decir que todavía lo es.
La poesía ha transcurrido paralela con la vida. Empecé a escribir a los 16 años y hasta hoy y, por tanto, ha evolucionado y ha crecido conmigo.
¿Hay algún evento o persona que haya sido particularmente influyente en tu desarrollo como poeta?
Sí, varias, muchas. Soy fácilmente influenciable (risas). No voy a dar nombres porque no quiero dejarme ninguno, y también porque son muchos y variados, pero te diré que he intentado leer mucha poesía y luego he conocido obras de muchos artistas que también me han influenciado en mi obra plástica y visual. Creo que todo este conocimiento, quieras o no, te marca un camino como poeta del que yo he ido tomando sus frutos y recorriendo para experimentar. Y, como te comentaba antes, esta experimentación me llevó a la performance, la poesía visual, el videoarte…
¿Cómo describiría tu estilo poético? ¿Ha cambiado con el tiempo?
Por supuesto, ha cambiado mucho y esto se puede ver en los libros que tengo publicados. La voz poética de mis primeros poemas, escritos en lengua catalana, ahora mismo no la puedo recuperar, y a pesar de que lo he intentado no he podido. Y si antes me sentía más cómoda escribiendo en catalán, ahora mismo me siento mejor haciéndolo en castellano. Y describir mi estilo pues no sabría qué decirte, porque no lo sé, escribo lo que me sale y no tengo perspectiva suficiente para analizarme. Esto lo han hecho otros por mí cuando han hablado de mi obra.
¿Qué papel juega la poesía en tu vida diaria?
Juega un papel importante porque es lo que yo soy y parte de lo que me define. Los poetas debemos ver el mundo a través de la poesía y creo que muchos lo hacemos sin darnos cuenta porque la poesía está en nosotros.
¿Qué significa para ti la poesía?
La poesía es una forma de vida.
¿Cómo ves el impacto de las nuevas tecnologías y plataformas digitales en la difusión de la poesía?
Muy importante. Creo que debemos dar las gracias a las tecnologías porque nos han permitido expandirnos y dar a conocer mejor nuestras obras. Y al revés, hemos conocido a creadores que quizás no hubiéramos tenido ocasión de saber de ellos. Antes era todo más cerrado en pequeños grupúsculos de escritores y poetas, y hablo de personas que, como yo, íbamos trabajando y creando y no éramos famosas. Ahora en cambio, el mundo es nuestro escenario.
¿Qué consejo le darías a alguien que está empezando a escribir poesía?
No soy yo mucho de dar consejos, pero a una persona que empieza se le podría decir que lea mucha poesía, que escriba mucho y que tire mucho, al final podrá encontrar su estilo y su voz poética.
¿Crees que la poesía puede cambiar el mundo o a las personas de alguna manera?
No soy tan optimista. El mundo no creo, pero a las personas que están a posición de cambiar algo puede que algún poema les haga sentir una pequeña chispa para cambiar su perspectiva. Pero, como te he dicho, y tal como estamos, no lo creo. Ojalá.
La poesía es una forma de vida.

¿Tiene algún poema o autor favorito que te gustaría recomendar?
Todos. Cuando leo poesía, y leo mucha dada mi faceta de editora, siempre encuentras algo que te gusta, algo que dices «esto me hubiera gustado escribirlo yo» y esto es una forma de homenaje al poeta que lees. Personalmente tengo mis libros de cabecera pero no los voy a decir porque también me puedo dejar alguno.
¿Y recuerdas e ¿cuál fue el primer libro que leíste?
Mi primer libro, no, pero sí recuerdo mi primer libro de poemas que fue las Rimas de Bécquer. Y fíjate tú que, ya muchos años más tarde, he tenido la satisfacción de publicarlo en su versión original y con el título que le puso su autor: El libro de los gorriones.
¿Qué personaje de un libro te hubiera gustado conocer?
Pues no lo sé. Todos los personajes son interesantes, o casi todos, pero no te puedo decir uno en concreto, aunque sí sería bueno, y como una fantasía, que al acabar un libro tuvieras ese encuentro con los personajes para debatir la historia que acaban de contarme.
¿Y personaje histórico?
Sobre esto no tengo dudas, Leonardo da Vinci. Creo que fue alguien muy excepcional. Y si viniera acompañado de la Gioconda todavía mejor. A las mujeres nos falta referentes femeninos en el mundo de la cultura, especialmente del arte y la literatura.
Las diosas que hay en mí es un viaje al lado femenino de la divinidad que en nuestra educación católica nos ha sido ocultado en parte.
¿Amalia nos podrías decir tu sitio y momento preferido para leer?
Tengo dos sitios donde suelo leer, uno es en el sofá, en un lado concreto, y el otro en mi cama sentada. Son espacios tranquilos y tienen mucha luz. Cuando no estoy en casa, que estoy en otra, suelo buscar un rincón solitario y cómodo.
¿Y para escribir?
Para escribir también busco espacios tranquilos y solitarios, pero preferentemente escribo en mi despacho o en mi habitación.
¿Nos puedes decir algo sobre tus próximos proyectos?
Ahora mismo estoy escribiendo una novela. Me he atrevido a dejar la poesía, espero que momentáneamente, y adentrarme en el mundo de la narrativa. Por otro lado estoy con una guía sobre mi experiencia en el mundo de la edición, que ya son más de 30 años, dirigida a autores que empiezan. Y también estoy, con otras personas, creando dos encuentros poéticos, que se materializarán el próximo año.