Quando la poesia incontra l’arte… de Cesare Verlucca y Michela Mirici Cappa, concuerda con una maravillosa correspondencia artística, la viva y brillante complicidad de los autores, en la afortunada relación de representar y Interpretar la evocación poética, en la intensidad de las palabras y en el encantador paisaje de las pinturas. El libro contiene poemas muy significativos, dictados por la personalidad ferviente y apasionada de Cesare Verlucca, animados por un sentimiento auténtico, asiduo, consolidado por la cualidad del agradecimiento y la plenitud de vida presente, anclado al eco sentimental de los recuerdos y a la indispensable libertad. de deseos. El feliz y propicio encuentro entre Cesare y Michela es la demostración sólida y luminosa de un camino favorable, perfilado por la expresión especial y acogedora de una sola mano y de un solo pensamiento, en la combinación positiva de la actividad creativa, en el panorama noble y exclusivo. idílico.

Cesare Verlucca exalta la preciosa y cautivadora afinidad que existe entre poesía y pintura, abrazando la naturaleza íntimamente conectada de las imágenes que renuevan la escritura, propone el diseño de un poema conmemorativo, capaz de explicar la representación dinámica e inquieta del alma, de transmitir el equilibrio en movimiento de los afectos, la percepción perdida y aprensiva de la realidad. La poesía de Cesare Verlucca evoluciona siempre su finalidad literaria en el desarrollo estilístico de una confianza coloquial y familiar, en la que el verso es la síntesis original del movimiento interior, la entonación introspectiva, la tensión exacta de los acordes románticos.

Describe el desarrollo de la persuasión emocional, el paso existencial del conocimiento, adopta la sensación explícita de comprensión, sugiere el detalle de las sugerencias, completando la inseparable identidad entre la estética del ensueño y la verdad de las reflexiones. Las pinturas de Michela Mirici Cappa recorren la poesía silenciosa de las emociones, traducen la indeleble capacidad celebrativa de los elementos espirituales, adornan, con colores ricos en reflejos inconscientes y contenidos delicados y conmovedores, la revelación de la nostalgia, efigie de la huella melancólica de cada vacilación del corazón. Transfieren, con cada soberbia pincelada, la observación y resaltan la complejidad de la condición humana, identificando al lector con el espíritu secreto y crepuscular de las cosas, en la dimensión lírica que colorea el matiz de los estados de ánimo.

Cesare Verlucca utiliza cada metáfora elegíaca para comunicar la vocación de una identidad sabia y previsora, caracterizada por el valor de la experiencia y de los sentimientos, testimoniando la alianza personal y reservada con la apasionante aventura de la vida, en una trama íntima, privada y autobiográfica. del pensamiento cuidadoso y reflexivo. La poesía de Cesare Verlucca ofrece una investigación humanista de la experiencia, contempla la expresión conmovedora del instinto y la pasión, se convierte en portavoz de un milagro sensible, en el deseo de ir más allá y superar la frontera de la esperanza. Cesare Verlucca y Michela Mirici Cappa comparten el valor horaciano de la frase latina “Ut pictura poesis” (Como en la pintura, así en la poesía) en la esencia adivinatoria de la superposición de artes hermanas, en su energía elocuente.

Rita Bompadre – Centro de Lectura “Arturo Piatti” https://www.facebook.com/centroletturaarturopiatti/

Sobre los autores

Michela Mirici Cappa, de 55 años, ha vivido siempre en Omegna, a orillas del lago de Orta. Arquitecto, es propietario de «La Bottega dell’Arte» en Gravellona Toce, donde enseña dibujo y pintura al óleo, y desde hace diez años imparte cursos de pintura UNI3 para el Ayuntamiento de Omegna. Autor en 1997 del Cuaderno de cultura alpina n. 55 de la editorial Priuli & Verlucca, en los asentamientos Walser de Alagna Macugnana y Formazza, es promotor de diversas iniciativas en el ámbito artístico-cultural. Realizó dos pinturas murales en Legro di Orta San Giulio y es autora de los trece paneles expuestos en la gran obra mural de Via Mottarone, en Armeno. Expone en Italia y en el extranjero, obteniendo amplios elogios del público y de la crítica profesional.

Cesare Verlucca, de noventa y siete años, casi un siglo, vivió siempre a la sombra de un entusiasmo que no tenía en cuenta la edad ni las dificultades. Una secuencia de estudios en solitario y una serie de actividades diferenciadas: veinte años estimulantes en Olivetti, en todo el mundo; por tanto, más de medio siglo de fundar y gestionar editoriales, mientras se deleitaba escribiendo largas cartas a viejos amigos, novelas con diversos socios y poemas. Encuentros a todos los niveles: con papas y príncipes, escritores, fotógrafos y diversas humanidades. Una vida social siempre muy activa, para organizar eventos, montar grupos, fundar empresas, en los campos más dispares.