
Dña. María Pilar Moratiel, secretaria de la Fundación Wellington, inauguró el acto afirmando que la lucha contra el cambio climático y la inclusión de grupos marginados han servido como justificación para implementar una política de control que restringe la oferta de bienes y servicios, encarece el coste de la vida y penaliza la actividad empresarial con una elevada presión fiscal
En un contexto de creciente polarización ideológica y transformación de los paradigmas tradicionales, el escenario político mundial se encuentra en plena reconfiguración. Con el objetivo de analizar las consecuencias del intervencionismo estatal, la Agenda 2030 y la ideología woke, y su impacto en la libertad individual y empresarial, la Fundación Wellington inauguró su ciclo de coloquios de 2025 con un debate de altura. El evento contó con la participación del periodista e historiador D. José Javier Esparza, del politólogo y profesor titular en la Universidad Carlos III D. Pablo Simón, y del filósofo y director académico en el ISSEP D. Miguel Ángel Quintana Paz. La moderación corrió a cargo de la periodista Dña. Ana Samboal, quien organizó las intervenciones a través de las claves que explican el panorama ideológico actual.

Dña. María Pilar Moratiel, secretaria de la Fundación Wellington, inauguró el acto afirmando que la lucha contra el cambio climático y la inclusión de grupos marginados han servido como justificación para implementar una política de control que restringe la oferta de bienes y servicios, encarece el coste de la vida y penaliza la actividad empresarial con una elevada presión fiscal. “La teoría del decrecimiento está imponiendo una limitación artificial al desarrollo económico”, defendió. Asimismo, destacó el papel de las élites y las Universidades de EEUU, en la promoción de la cultura Woke, señalando que estas nuevas formas de activismo “buscan dividir a la sociedad en torno a cuestiones como el medioambiente o las políticas de género, al tiempo que promueven un ataque directo a la libertad individual”. Frente a ello, recordó que los ciudadanos están reaccionando con un giro hacia políticas liberales, como sucede en Italia, Argentina y Hungría. Asimismo, señaló la revolución que está desarrollando Trump en menos de dos meses.
Dña. María Pilar Moratiel, secretaria de la Fundación Wellington, destacó el papel de las élites y las Universidades de EEUU, en la promoción de la cultura Woke
Para abrir el coloquio, Dña. Ana Samboal, preguntaba a los ponentes si estamos ante una transformación ideológica, geoestratégica y política, o si simplemente, se trata de movimientos coyunturales sin impacto real en la estructura de poder.
El periodista e historiador José Javier Esparza, abordó la cuestión desde una perspectiva histórica, recordando los análisis del sociólogo Daniel Bell sobre la evolución de las sociedades postindustriales. Según Esparza, «el capitalismo de los años 60, 70, 80 extendió la prosperidad, pero también condujo a una sociedad dominada por el individualismo y el hedonismo, lo que ha terminado por debilitar la cohesión social». En su opinión, el actual desencanto ciudadano se debe a la frustración de expectativas y a la sensación de que el sistema ya no ofrece soluciones reales; lo que, sumado a las grandes transformaciones sociales, “ha terminado conduciendo a unas sociedades en las que cada vez más gente dice basta, y esa es la gente más joven y la más pobre, lo que dará lugar a revueltas”, afirmó convencido. Como broche a su intervención, Esparza citaba una frase del filósofo alemán Walter Benjamin: “Las revoluciones son a veces el freno de seguridad del género humano”, para defender que es necesario frenar o rectificar el proceso y caminar hacia sociedades en las que podamos reconocernos.
El evento contó con la participación del periodista e historiador D. José Javier Esparza, del politólogo y profesor titular en la Universidad Carlos III D. Pablo Simón, y del filósofo y director académico en el ISSEP D. Miguel Ángel Quintana Paz. La moderación corrió a cargo de la periodista Dña. Ana Samboal

Durante su intervención, el filósofo Miguel Ángel Quintana Paz se centró en analizar la transición desde la postmodernidad hacia la ideología Woke. “El emblema que condensaba la postmodernidad era el fin de las grandes visiones del mundo que explicaban su funcionamiento, para dirigirnos hacia una realidad con menos certezas”. Sin embargo, si en los años 90 el relativismo y el individualismo dominaba el pensamiento occidental, “hoy hemos pasado a una dictadura de nuevas certezas impuestas por el wokismo» en un nuevo modelo de civilización que viene a sustituir al anterior. Quintana identificó la «noción de víctima, de victimización» como el eje central del discurso Woke, donde se busca invertir la relación de poder para que quienes antes eran considerados oprimidos o discriminados, tengan ahora la potestad de censurar o castigar, Quintana afirmó que el wokismo empieza a manifestar sus grietas, “pero la única forma de romper su consenso es de una forma contundente” como, por ejemplo, está haciendo Trump.
El politólogo Pablo Simón centró su intervención en el impacto de estas transformaciones en la escena política. «La globalización ha generado más igualdad a nivel mundial, pero un malestar profundo en las clases medias y bajas de los países occidentales, lo que hoy se traduce en un voto de rechazo contra las élites tradicionales», señaló. En su análisis, identificó una crisis del consenso socialdemócrata que había dominado la política occidental en las últimas décadas, lo que ha permitido la emergencia de nuevas fuerzas políticas que “son capaces de construir una coalición heterogénea a la que votan tanto las clases trabajadoras tradicionales, que antes votaban socialdemócrata, como las clases medias-bajas, que votaban conservador”. Simón argumentó que la razón por la que estos nuevos partidos son exitosos es porque están construyendo un nuevo perímetro de solidaridad, “basada en una reinterpretación de la idea de comunidad, nación, etc.”, lo que, además, coincide con un cambio de infraestructura de la comunicación a través de las redes sociales y una crisis de desintermediación de la política. Según Simón “estos síndromes son parejos en todo occidente: polarización, fragmentación, volatilidad, dificultades para formar gobierno…” y concluyó afirmando que la democracia tal y como la conocíamos hasta ahora ya no está de moda y el cambio del orden internacional obligará a todos los países a recolocarse.

El politólogo Pablo Simón centró su intervención en el impacto de estas transformaciones en la escena política, y el filósofo Miguel Ángel Quintana Paz se centró en analizar la transición desde la postmodernidad hacia la ideología Woke.
Para finalizar, Ana Samboal propuso analizar el impacto que provoca la Agenda 2030, sobre todo en Europa y el futuro del orden global. José Javier Esparza cuestionó el rol de la Unión Europea en la imposición de estas políticas, mientras que Pablo Simón concluyó que “los países europeos han subcontratado históricamente su defensa en EEUU y su seguridad energética en terceros países, ese escenario ya no es sostenible”.
Para Miguel Ángel Quintana Paz: «los ciudadanos están buscando recuperar el control de sus comunidades, sus naciones, frente a entidades supranacionales que les resultan lejanas y desconectadas de sus necesidades reales». Los ponentes coincidieron en que la clave del futuro estará en cómo las sociedades reaccionen a estos cambios y en la capacidad de los nuevos movimientos políticos para ofrecer alternativas reales a los ciudadanos.
Tras el evento tuvo lugar un cóctel-cena durante el que los asistentes, más de 260 personas del mundo empresarial, de la Judicatura, la Milicia y profesionales en general, tuvieron la oportunidad de seguir intercambiando opiniones.