El Hombre que Inventó la Duda es el comienzo de cualquier historia de amor, de miedos, inseguridades, incertidumbre, silencios. En definitiva, historias de la vida.
Sandra Ovies Fernández
Has sentido miedo alguna vez? Te has enamorado? Has albergado esperanzas que no se han cumplido? ¨Has cometido errores por ser impaciente?, entonces debes de leer El hombre que inventó la duda. El hombre que inventó la duda trata, fundamentalmente, sobre el miedo. La aprensión que acompaña al ser humano cuando siente, cuando sufre, cuando se enfrenta a los cambios. También trata del amor y de los límites que le acompañan. La protagonista principal es Salma; alrededor de ella se construye la trama de la novela: por un lado, Alicia y Tristán, profundamente enamorados pero temerosos hacia el futuro. Por el otro, Tomás y Manuela, separados por el recelo de enfrentar el amor que sentían en la juventud, y que con el paso de los años no ha cambiado y sigue tan intacto como el primer día. Y por último, Flavia y Sergio, un matrimonio ejemplar, enamorados, que ver n como la vida les pone a prueba, como la mentira maquilla la verdad, y todo ello se desarrolla en los idílicos paisajes de Asturias, como una protagonista junto a su gastronomía que está presente durante todo la historia.
"Una señal de alarma saltó en los corazones de Tristán y Tomás cuando escucharon los nombres de Manuela y Alicia. «Es muy poco probable que sea mi Alicia -pensó Tristán-. Pero, ¿y si lo es? Un remolino de miedos comenzó a agolparse en su cabeza, no dejándolo pensar con claridad. Un nerviosismo inexplicable se adueñó de su cuerpo, como si de un adolescente se tratara. No estaba preparado para ver a Alicia y más aun después de lo mal que se había portado con ella. Su comportamiento errático, ahora te escribo, ahora me desaparezco… Tristán era muy consciente de lo pueril de su conducta hacia Alicia y el daño que le causaba con su miedo, egoísmo y orgullo mal entendido."

Epílogo
Escribir las últimas líneas de una novela significa despedirse de los protagonistas que me han acompañado durante este tiempo. (¡Gracias por escucharme y por la aportación de ideas, Emma y Carlos! ¡Gracias, Julio, ¡por tu inestimable contribución al desarrollo de la misma!). Y aunque sean, en mayor o menor medida, inventados, están muy cerca del corazón.
Flavia y Sergio descubrieron que la vida es un constante cambio. Sergio descubrió que la mayor traición que puede existir es no ser sincero con uno mismo y no aceptarse. Manuela y Tomás entendieron el valor del tiempo. Las cosas suceden cuando tienen que suceder y no cuando nosotros queremos que sucedan. Tomás logró superar su miedo al amor y decirle a Manuela las palabras que no se había atrevido y guardaba en su corazón desde hacía cincuenta años. Tristán y Alicia, ahí están. Una historia inacabada y estancada en el tiempo. Existe amor. La paciencia se agotó y tan solo queda que el tiempo ponga las cosas en su lugar. Si tiene que ser será. Ojalá Tristán logre superar sus miedos y dominar el orgullo mal entendido que tiene.


Muchas cosas de este libro son inventadas, muchas otras son verdad. Todos los cafés, sidrerías y lugares que aparecen en el libro existen realmente, y merece la pena conocerlos. Pasear por la playa de San Lorenzo en una otoñal y brumosa tarde norteña. Ir a conocer el puente del beso en Luarca. La villa Blanca de la Costa Verde. Perderte por el enjambre de escaleras en Cudillero, pintoresco pueblo de pescadores de la costa Asturiana. Deleitar el paladar con unas porrochinas con jamón y un culín de sidra. Y los más golosos con unos frixuelos, bien solos o bien rellenos de chocolate, arroz con leche, compota de manzana… O, simplemente, disfrutar de un riquísimo arroz con leche.
Al final de estas humildes palabras he adjuntado algunas recetas, como el menú que comieron los protagonistas en la inauguración del pequeño y coqueto restaurante de Flavia: Comiendo en mi Casa, que espero que os animéis a hacer y la receta del arroz con leche y los frixuelos, que han salido directamente de los fogones de María Jesús
Aquí la receta de la tarta que hace Flavia para inaugurar su nueva andadura profesional, y su nueva vida.
Tarta de Queso con Sirope de Fresas y Frutos Rojos
Ingredientes
- 1 tarrina de 200 g de queso crema
- Medio litro de leche
- 2 sobres de preparado para cuajada
- 200 ml de nata líquida de cocina
- 100 g de azúcar (al gusto, lo mejor es probar)
- 2 cucharadas de esencia de vainilla
- Sirope de fresa y algunos frutos rojos… a tu gusto.
Para el Sirope de
- 1 kg de fresas maduras
- 1/2 l de agua
- 1 kg de azúcar (puedes usar 1/2 kg si no te gusta tan dulce)
- 1 limón

Preparación
Disolvemos la cuajada en la mitad de la leche hasta que esté bien integrada. Ponemos el resto de los ingredientes en el vaso de la batidora, trituramos bien hasta que quede bien integrado y ponemos a calentar al fuego hasta que empiece a humear y sin parar de remover. Retiramos del fuego. Añadimos la cuajada mezclando bien y volvemos a llevar al fuego. En cuanto rompa el hervor unos segundos retiramos y ya está listo.
Ponemos en un molde y dejamos enfriar en la nevera hasta que cuaje por completo. Se desmolda y se cubre con el sirope de fresa y adorna con frutos rojos al gusto.
Preparación Sirope de Fresas

Calienta en un cazo el agua, el azúcar y el zumo de un limón. Remueve de vez en cuando para que el azúcar se disuelva por completo. Cuando empiece a hervir añade las fresas lavadas y troceadas. Retira la espuma resultante. Deja cocer unos 40-45 minutos. Retira del fuego y bate con una batidora dentro del mismo cazo. Cuela con un colador para que no te quede ninguna pepita. Si tu colador tiene unos agujeritos algo grandes, le puedes poner una gasa para asegurar que todo se cuela bien.