Sin noticias de Ítaca

Miles de años después de Ulises, en tiempos de Instagram, Google Maps y los turoperadores masivos, ¿qué sigue motivando al ser humano para viajar y contarlo? Según la Odisea, sería en las proximidades de Ceuta, y con la creencia de que más allá no había nada, donde Ulises decidió emprender el camino de regreso a casa. Precisamente en las proximidades de Ceuta es donde comienza Sin noticias de Ítaca (Ed. Laertes), el nuevo libro de Enrique Vaquerizo, un recorrido de 3.500 kilómetros en el que el autor nos invita a acompañarlo a través de los dos lados del muro que separan hoy los antiguos territorios españoles en el Sáhara.

La publicación de Sin noticias de Ítaca coincide con el 47º aniversario de la Marcha Verde sobre el Sáhara español, que tuvo lugar el 6 de noviembre de 1975, y del Acuerdo Tripartito de Madrid, firmado el 14 de noviembre del mismo año entre España, Marruecos y Mauritania. La situación del antiguo territorio español ha sido desde entonces motivo de conflicto, con Marruecos y el pueblo saharaui reclamando derechos sobre el Sáhara Occidental. Este año volvió a ser noticia con el reconocimiento por parte del presidente de España, Pedro Sánchez, de la soberanía marroquí en una carta privada enviada al rey de Marruecos, Mohamed VI, de la que se hicieron eco diferentes medios.

Más allá de los vaivenes de la política, Sin noticias de Ítaca ofrece una mirada personal y diferente a un territorio del que habitualmente se habla solo por los conflictos y por su situación sociopolítica. Con el objetivo de llegar a los campamentos de Tinduf por una ruta muy poco frecuente y desaconsejada tanto por las autoridades marroquíes como saharauis, el lector se encontrará con migrantes que emprenden el camino inverso para llegar a Europa, seguirá el rastro en Tánger de un Paul Bowles anclado en la nostalgia y en Tarfaya de un Saint-Exupéry que germinó El Principito a costa de naufragar en todos los desiertos del planeta

A través de las páginas, el lector se internará en el Sáhara subido al tren más largo del mundo, conocerá cómo afecta el conflicto territorial a la población saharaui, buscará los últimos rastros de presencia española en la zona, conocerá a Bouh, un minusválido que salvó la última iglesia española de Dajla, sentirá la vigilancia de la policía marroquí de El Aaiún y llegará hasta las míticas ciudades mauritanas de Chingueti y Uadane.

Por el camino alternará con los últimos nómadas del desierto, con mandatarios internacionales, instagramers, miembros del Frente Polisario, cooperantes chiflados, niños saharauis que pasan sus veranos en Ibiza o con miles de migrantes que sueñan con llegar a Europa.

Sin noticias de Ítaca, un hilarante road trip entre check points, muros y fronteras, nos habla, siglos después de la Odisea, sobre la necesidad casi adictiva de seguir moviéndonos y contándolo. Pero también de los fantasmas que crean la literatura y el recuerdo del viaje, de la necesidad de volver a casa o de huir de ella, de las obligaciones autoimpuestas y de los círculos que no siempre tienen por qué cerrarse para que merezca la pena salir de Ítaca.

Publicado por la editorial Laertes, Sin noticias de Ítaca es un volumen cuidadosamente ilustrado con fotografías del propio autor que abren una ventana a un mundo tan cercano como desconocido para la mayoría de quienes, al contrario que el autor, descansan a salvo en sus Ítacas.

Sobre el autor

Enrique Vaquerizo Domínguez

Enrique Vaquerizo Domínguez es doctor en Ciencias de la Información y licenciado en Historia, docente universitario, periodista y, sobre todo, viajero curioso e incorregible. Ha vivido en diversos lugares de África y Latinoamérica, como Níger, Bolivia o México. Además de ser autor de varios libros de viajes, entre ellos Historias de salacot y fortasec (2017), ha publicado decenas de reportajes para los principales medios escritos españoles. Cronista de los muros que separan el mundo, coleccionista de desiertos y buscador entusiasta de un pasado que ya no existe, siempre piensa en el Sáhara como el jardín más fértil del planeta.

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